Poeta colombiano nacido en La Unión, Nariño, en 1906.
Doctor en Derecho por el Externado de Colombia, publicó, en 1928, cuando todavía era estudiante, sus primeros poemas en la revista Universidad, dirigida por el intelectual Germán Arciniegas. Dedicado por entero al ejercicio profesional, ejerció algunos cargos públicos como Secretario General del Ministerio de Trabajo y funcionario del Ministerio de Defensa. La poesía y la traducción las practicó en sus ratos libres pero de manera constante.
En 1963 se editó su único libro, «Morada al Sur» por el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Guillermo Valencia.
Meses antes de su muerte recibió el doctorado Honoris Causa en Filosofía y Letras por la Universidad de Nariño.Murió en Bogotá en 1974. ©
Amo la noche
No la noche que arrullan las ramas
y balsámica con olor de manzanas,
con el efluvio de la flor del naranjo;
oh, no la noche campesina
de piel húmeda y tibia y sana;
no la noche de Tirso Jiménez
que canta canciones de espigas
y muchachas doradas entre espigas;
no la noche de Max Caparroja,
en el valle de la estrella más sola
cuando un viento malo sopla sobre las granjas
entre ráfagas de palomas moradas;
no la noche que lame las yerbas;
no la noche de brisa larga,
hojas secas que nunca caen,
y el engaño de las últimas ramas
rumiando un mar de lejanos relámpagos;
no la noche de las aguas melódicas
volteando las hablas de la aldea;
no la noche de musgo y del suave
regazo de hierbas tibias de una mozuela;
yo amo la noche de las ciudades.
Yo amo la noche que se embelesa
en su danza de luces mágicas,
y no se acuerda de los silencios
vegetales que roen los insectos;
yo amo la noche de los cristales
en la que apenas se oye si agita
el corazón sus alas azules;
y no es la noche sin cantares
la que amo yo, la noche tácita
que habla en los bosques en voz baja,
o entra a las aldeas y mata.
Yo amo la noche sin estrellas
altas; la noche en que la brumosa
ciudad cruzada de cordajes,
me es una grande, dócil guitarra.
Allí donde dulcemente respira
un perfil cercano y distante
al que canto entre sus espejos,
sus sedas y sus presagios:
valle aromado, dátiles de seda;
cuando hay un rincón de silencio
como un jirón de terciopelo
para evocar esos locos viajes
esas partidas traspasadas
por el vaho tibio de los caballos
que alzan sus belfos en el alba.
Yo amo la noche en el cansancio
del bullicio, de las voces, de los chirridos,
en pausa de remotas tempestades, en la dicha
asordinada, a la luz de las lámparas
que son como gavillas húmedas
de estrellas o cálidos recuerdos,
cuando todo el sol de los campos
vibra su luz en las palabras
y la vida vacila temblorosa y ávida
y desgarra su rosa de llamas y lágrimas.
Cibergrafia
http://amediavoz.com/arturo.htm
Fotografia tomada de: http://www.arquitrave.com/periodico/imagenes_periodico/poesia_arturo.jpg
JOTA MARIO ARBELÁEZ
Jotamario Arbeláez nació en Cali, Colombia, en 1940. Destacado representante y cofundador del movimiento nadaísta colombiano. Desde su primer libro, El profeta en su casa (1966), Jotamario demostró la ironía y la mordacidad que había asimilado a través de sus lecturas de los creadores surrealistas. En 1980 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Oveja Negra y Golpe de Dados, con Mi reino por este mundo (1981). Otros libros publicados: El libro rojo de rojas (1970), en colaboración con Elmo Valencia; la antología Doce poetas nadaístas de los últimos días (1986) y El espíritu erótico (1990), antología poética y pictórica realizada junto con Fernando Guinard. En 1985 ganó el Premio Nacional de Poesía Colcultura con La casa de la memoria
Vulva
Henos por fin en el lugar de los hechos.
Púrpura y arremolinada como Maiacovski,
allí también la anatomía se ha vuelto loca.
Surco bestial
y creador de enervamiento.
la estalactita canta durante la noche
restregada por mi pata de grillo.
Y más adentro sensaciones:
calor,
óxido húmedo,
rasguño.
rozadura,
pequeños aletazos.
Y el olor de oro de mar
en la nevera.
Culo
Complemento genial.
Urano reducido al ojo erótico.
Lujoso lulo para la lujuria.
Oscura inclinación.
Territorio extensísimo:
moneda
de a centavo de cobre,
paraíso,
sumersión de gaviotas extraviadas.
En ella se dilata y está vivo,
violento y vivo y dúctil y agresivo
Nalgas
Nalgas de par en par
o pergaminos
para leer antiguos
reclinados
como en las neronianas bacanales.
Burbujas que el amor
Infla
en sus ratos más ociosos y gratos.
Cojinetes
de mejillas
y abiertas para el ósculo
del labio y de la lengua enardecida.
Manos
Me gusta más la izquierda,
la del reloj,
la de la argolla de oro.
La otra mano es más blanca
y más directa. Como que está más cerca de sus actos.
Me he fijado en las líneas de la suerte
y en cada una el trazo es diferente.
Por lo poco que sé de quiromancia
adivino que es frágil, enfermiza,
con un tic de maldad.
En lo que toca
deja huellas de polen. O de polvo
para ser menos líricos.
Para ser más concisos, periodísticos.
Describiré sus manos dedo a dedo
pero en otra ocasión.
Cibergrafia
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/pub.php/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/arbelaez.html
GIOVANNI QUESSEP ESGUERRA
(San Onofre -Colombia, 31 de diciembre de 1939) es un poeta colombiano.
Sus abuelos eran emigrantes libaneses que llegaron a Colombia a finales del siglo XIX, huyendo de la persecución del imperio otomano. El apellido original era Quessed, pero durante los trámites burocráticos terminó por escribirse con P final. Aunque regresaron al Líbano, veinticinco años después volvieron definitivamente a Colombia.
En 1949, la familia tiene que abandonar San Onofre durante el periodo de Violencia en Colombia obligada por la policía conservadora.
Giovanni estudia el bachillerato en Cartagena y Sincelejo, ciudad esta última donde se inicia su formación literaria con la lectura de los cuentos clásicos (hermanos Grimm, Perrault, Andersen), la Divina Comedia, Las mil y una noches y la poesía española de los Siglos de Oro y la poesía de Rubén Darío. Estas lecturas le incitan a escribir y así publica sus primeros poemas en la revista de su colegio.
Estudia luego en Bogotá Filosofía y Letras en la Universidad Javeriana y más tarde realiza un postgrado de Literatura Hispanoamericana en el Instituto Caro y Cuervo.
Entre los poetas no nadaístas de la década de los años sesenta, es considerado el autor de la obra más completa y conservadora, según el Manual de Literatura Colombiana de Editorial Planeta, en el cual se afirma:
En el oficio y en el virtuosismo radica el interés de la poesía de Quessep, en la destreza para manejar un lenguaje que durante siglos de ser utilizado literariamente ha adquirido una carga expresiva que le confiere la categoría de "poético". Las claves de su poesía son entonces las referencias librescas, las connotaciones literarias. Pero si, por ejemplo, Borges las utiliza en forma tal que trascienden el terreno de lo anecdótico para mostrar de manera descarnada los conflictos del hombre, Quessep no aterriza y su poema se queda en el terreno de lo literario. Claro que todo esto es intencional y él mismo lo ha dicho claramente: "Me alejo de todo estilo de época y de toda moda y no me interesa describir los objetos de la realidad más tangible. Creo que todo poema debe ser una metáfora del alma: metáfora de sus maravillas y de sus terrores, de sus cielos y de sus abismos, esto es, la transfiguración de la realidad, lo que no constituye el olvido de la misma, sino su afirmación más profunda. Aun el yo lírico es del reino de las fábulas".
• Después del paraíso (1961)
• El ser no es una fábula (1968)
• Duración y leyenda (1972)
• Canto del extranjero (1976)
• Madrigales de vida y muerte (1978) (Con una recopilación de sus dos libros anteriores)
• Preludios (1980)
• Muerte de Merlín (1985)
• Un jardín y un desierto (1993)
• Carta imaginaria (1998)
• El aire sin estrellas (2000)
• Brasa lunar (2004)
• Hojas de la sibila (Aparece incluido dentro de la recopilación Metamorfosis del jardín (2006)
Premios y distinciones
• Doctor Honoris Causa en filosofía y letras Universidad del Cauca, Popayán, 1992
• Premio nacional de poesía José Asunción Silva, Bogotá, 2004
MIENTRAS CAE EL OTOÑO
• Nosotros esperamos
• envueltos por las hojas doradas.
• El mundo no acaba en el atardecer,
• y solamente los sueños
• tienen su límite en las cosas.
• El tiempo nos conduce
• por su laberinto de hojas en blanco
• mientras cae el otoño
• al patio de nuestra casa.
• Envueltos por la niebla incesante
• seguimos esperando:
• La nostalgia es vivir sin recordar
• de qué palabra fuimos inventados
Cibergrafia
http://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Quessep
http://caribe.udea.edu.co/~hlopera/La_Palabra_Viva/gq.html
Fotografia tomada de: http://www.filidaquilone.it/num003quessep.jpg
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